
Como en el cuento del patito feo, los cisnes nacen sin quererlo con un porte que los distingue de los demás, tienen una elegancia natural y una increíble presencia. Viven en sus círculos sociales y mueren en ellos. De esa manera vivo yo y vives tú, únicos en el universo, pero integrados a círculos, igual que la persona que viste hace un rato y la que llamará en unos minutos.
Sin embargo somos pocos los que descubrimos nuestras alas.
Algunos vivimos deslizandonos entre las aguas disfrutando de su frescura y su maternal providencia. Nadando sobre su superficie y tomando suaves duchas otros elementos de la naturaleza parecen atacar nuestra integridad.
Otros vivimos en la tierra, reuniendo a nuestros hijos o seguidores, corriendo por la vida persiguiendo nuestro alimento. divirtiéndonos y cansándonos. Viviendo rápido y hasta agresivamente, pretegiendo nuestros intereses y a nuestros seres queridos con nuestra vida.
Y los que conocemos nuestras alas, las usamos para emigrar, nos adaptamos a las situaciones que se nos presentan y nos alejamos prudentemente de todos los peligros. Los que usamos nuestras alas tenemos libertad de elección, podemos nadar y caminar, pero siempre podemos confiar en nuestro poder para elevarnos encima de toda situación y ver la tierra desde las alturas, lejos de nosotros mismos y sin embargo siempre junto a nuestros seres queridos, sin salir nunca más que estratégicamente de nuestros círculos.
Así nos permite la naturaleza vivir. Libres y conscientes... Aunque no todos conocen su potencial.
Como el patito feo. Somos seres fantásticos que requieren saber conocer su potencial para poder desplegarlo en toda su magnificencia, de otro modo nos quedaremos siempre limitados como lo que nos dijeron que "debemos" ser, otros seres que no sabían que podíamos existir...
Soy un cisne... así de magnífico y dominante. Libre y poderoso. Conociendo mis alas...

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