En busca de la Felicidad

La gente quiere ser feliz, busca esforzarse menos, divertirse más, en realidad a la gente no le molesta el esfuerzo físico, le molesta el esfuerzo innecesario (¿Para qué levantarme de mi sillón si lo que quiero es no es mover mis piernas, sino simplemente saciar mi sed ¿porqué no hacerlo sin moverme?). Cuando el esfuerzo físico es divertido no les molesta, al contrario, lo procuran, lo prefieren, pero hay personas que no conocen el placer de divertirse físicamente y lo omiten, así surgen enfermedades como la obesidad, la descalcificación y otras.

Casi todo lo que hace la humanidad en tecnología, alimentación, vestido, ocio, trabajo, socialización y proyección es para ser feliz, para mejorar sus ambientes, para sentirse mejor y hacer que sus emociones giren siempre alrededor de la felicidad.

Cada quien tiene una definición diferente de "La Felicidad" según su cultura, su educación, el modo en que hayan crecido y hayan sido acostumbrados durante su infancia y su vida; pero para ser más estrictos en la terminología podría decirse que en realidad la diferencia no es qué es la felicidad para cada quien, sino qué le da la felicidad a cada quien. Para unos la felicidad se logra con unas cosas y para otros con otras, pero la sensación que en sus cuerpos, cerebro y alma se registra es la misma: La Felicidad. Y eso es lo que la gente siempre busca: mantenerla encendida, no perderla, encaminarla. Todo está hecho para esto, independientemente de lo que la cultura individual indique a cada quién qué hacer para lograrlo.

Está claro por experiencia histórica que lo que hace feliz a una persona no hace feliz a otra necesariamente: la sopa de fideo de mi abuelita, que siempre me llena el cuerpo y alma de rica calidez, a alguien más le puede parecer horriblemente sosa. El automóvil de lujo que para un burgués es un fabuloso juguete, para un indígena sudamericano puede ser un sorprendente e inútil estorbo.

La gente incluso siente felicidad en el hecho de creer que en el futuro podrán seguir (o llegar a ser) felices, esto es un punto que resalta la complejidad humana, pues no sólo da felicidad el ser feliz (por redundante que parezca), sino que también da felicidad el saber que se será feliz en el futuro… al hacer inversiones, al trabajar en proyectos determinados, al comprar comida de más que no se eche a perder, al pagar por adelantado las vacaciones, al organizar fiestas y eventos personales o profesionales (el simple hecho de organizar ya es preparar un futuro, que siempre es incierto), etc. Siempre se busca la felicidad. A veces la gente que busca la felicidad futura se olvida de tenerla en el presente y nunca logran vivir felices pues viven en un tiempo que no les corresponde: El Futuro. Esta es una de las enfermedades de la modernidad, antes no ocurría con tanta frecuencia y cotidianeidad como ahora y, bueno, en el futuro podrá ser peor.

La felicidad está en uno mismo, esta es la base del entendimiento que tanto se ha manoseado y comentado pero no todos lo comprenden, en verdad; no todos somos iguales. Y aunque la sociedad nos marca normas de convivencia y socialización, los parámetros de la felicidad varían desde rangos milimétricos hasta diametralmente opuestos, sin embargo, es una absoluta verdad que todos… absolutamente TODOS podemos experimentar la felicidad. Esa es la cuestión: la felicidad está en uno mismo y no es una meta, sino un camino.

La felicidad no es una meta, es un camino, es lo que tienen escritos pósters motivacionales y calendarios. Es la verdad, es un camino al que se accede por DECISIÓN. Uno mismo decide ser feliz ahora… Ahora. no en el futuro, o cuando reciba mi próximo sueldo, o cuando me gradúe… no, la felicidad se decide tener ahora. Con lo que se tiene, con lo que se es y con lo que se hace. Uno decide sentir… Del mismo modo en que uno decide odiar y amar, así se decide ser feliz.