Coelho habla de un perro que lo seguía durante
su peregrinación, un demonio que lo enfrentaba consigo mismo. Hoy reconozco que
ese mismo ser me ronda. En personas, son diferentes personas, en diferentes
épocas, todas desaparecen en la espesura del tiempo, pero tienen el mismo
personaje: Alguien que me odia terriblemente, sin explicación aparente, ni
justificada y que hacen lo posible por destruirme a mí y a lo que hago. En
todos los casos el olvido, la evasión, y la oración ha sido mi mejor arma
contra este demonio. Me han hecho sufrir, claro que sí. Pero no me han tirado.
En varios casos han sido personas que fueron primero amadas y llenaron su
corazón de odio. Es por eso que reconozco al demonio en dicha circunstancia,
pues ¿cómo puede ser sustituido de la nada, y literalmente de la nada, porque
nunca he hecho nada malo en contra de nadie, incluidos estos seres. Como puede
ser sustituido el amor por odio, tan fácilmente?, y se nota en la mirada.
Hoy que me fortalezco anímicamente lo observo
y lo reconozco. Agradezco la visión a Dios y a los ángeles que la ponen frente
a mí, para identificarla y analizarla, para reconocer a dicho demonio y ver
cómo poner fin de una sola vez a su amenaza.
Si el demonio existe, entonces no me queda
ninguna duda en mi corazón de que Dios está 100% conmigo, pues nada me turba
realmente, todo lo que me ocurre tiene una razón de ser, y estoy siempre
protegido de todo mal por la
eternidad. Todo está perfectamente coordinado para mi propio
crecimiento y evolución. Soy un hijo predilecto de Dios. Como tú. Y estoy aquí
para hacer cosas muy importantes. Pongo mi vida en manos de el creador y guía
de todos los Universos, y camino con pie firme porque sé que cada paso que doy
está cuidado por infinitos ángeles para asegurarme un destino bueno y
tranquilo. Muchas gracias Dios por permitirme ver tu creación con ojos
distintos y conocer las estructuras que muchos ignoran y sufren. Gracias por tu
amor incondicional y tu paz eterna. Gracias por siempre.
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